Entro en ese bucle de confusión. Empieza otra vez el drama. Analizar cada detalle, querer más, esperar más, exigir más... Entonces una carcajada. Pero explicarlo e ir expresando las simples quejas que tan fáciles son de solventar. Y, ¿por qué no lo hace?
Pero recuerdas 3 líneas en un libro. Tres líneas que te arrancan una sonrisa y una lágrima de emoción. La quiero. Estoy locamente enamorada. Se me escapa otra carcajada y le digo a mi mejor amiga 'si en el fondo, sólo quiero que me mime un poco más porque me muero por ella'. Y ya no se me despega esta sonrisa que llevo clavada.
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