Resulta que cada vez que es protagonista el futuro, caen dos lágrimas.
Siempre cuando se deja atrás el presente. Siempre cuando se está ya en el futuro. Sóla.
Esas dos sílabas contienen esas dos lágrimas.
'So'... y al cabo de unos segundos 'la'.
(Siempre la nota musical para el final.)
Es un miedo irracional que duerme día a día.
Pero le hablas del mañana, y se asoma sin avisar.
Desgarra el corazón y nubla el pensamiento.
Sólo él está presente por un rato al hablar del futuro.
Quiero que desaparezca. Pero ahora no salen las palabras.
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