Suenan canciones que hablan de amor.
La luz ténue de un día nublado
y en unos labios mojados, el mismo sabor.
Y como siempre, toca esperar.
Son esas dos manos rozando el mar.
Las olas que acarician la arena
sin apenas saber bailar.
Y como siempre, toca esperar.
Pasan los días y pasan las personas.
En la soledad de una cama
te escondes, avergonzada, bajo las sabanas.
Y como siempre, toca esperar.
Pero la espera no espera a nadie y,
de esperar ya me he cansado.
Sin esperanza y tras el olvido,
sigo esquivando obstáculos del camino.
Y como siempre, toca esperar.
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