Tú eres el cantar de los grillos en verano.
Tú eres la música de cada día.
Me dices que nunca escribo de ti
y es verdad, no lo hago
pero a veces faltan las palabras.
Esta noche sonaban los grillos de verano
y recordábamos con un poco de nostalgia
y algo más de melancolía
aquellos tiempos que pasaron.
Estamos a corazón abierto,
a corazón a trozos.
Pero tú bien sabes, que lo recompondremos
mientras queden sus pedazos.
Le brindamos una oportunidad al tiempo
como le brindamos aquel día
en que decidimos dejarlo todo
y caminar hasta este momento.
Le brindamos una oportunidad a los sentimientos
sin que nadie nos la exija.
Somos el cajón de una mesa de noche
que guarda secretos y mil hojas de mil amores.
Somos cuatro reflexiones dentro de un coche
que se escapan, libres, con el viento.
Y sé que, siendo todo lo que somos
y todo lo que dejamos de ser,
encontraremos la ruta
en la que las rocas no nos entorpezcan la marcha.
Ellas leerán una carta.
Los míos me alcanzarán hoja y lápiz al entrar.
Y el día que lo hagan,
tú y yo nos sentaremos en un bar.
Porque el tiempo que perdimos
se reduce a un 'perdón',
pero el tiempo que nos queda
abarca todo el corazón.
1 comentario:
que manera más preciosa de resumir una noche como muchas otras vividas
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