Querer escribir y no saber cómo.
Querer no sentir y sentir sin querer.
Se alargan los días con lo que implican los segundos perdidos.
Las letras sólo insinúan lo que no nos decimos.
Los gestos se esconden tras el silencio.
Y la voz...
La voz se quiebra. Se quiebra por dentro.
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