5.5.11

Lees las noticias y te das cuenta de que hay gente que ya no está en sobre la faz de la tierra. Hace dos años, en 2009, cayó misteriosamente un Airbus de Air France al mar tras despegar de Brasil. Murieron 228 personas. Casi dos años después, han recuperado el cadáver de uno de los pasajeros. Se hallaba atado con el cinturón de seguridad. El tiempo se detuvo para este individuo durante dos años para el mundo y por siempre para él o ella.

Leyendo algo así, no puedo remediar cuestionarme si hubiese llegado a conocer a alguno de esos pasajeros de no ser por ese terrible accidente. ¿Me hubiese cruzado con alguno en el transcurso de mi vida? El tiempo, los acontecimientos, nos privan de mucho, borran las marcas que debía dejar alguien en nuestra vida. Pero claro, creyendo en el destino, sería que no tenía que conocer a nadie que iba en ese vuelo. Ahora, no puedo remediar cuestionar incluso al destino, pues no creo en una verdad absoluta y la fuerza superior que lo rige todo no es más que los sentimientos y las capacidades y la solidaridad de los seres humanos. Ser personas.

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