20.12.10

Esto ya se acaba, pero no se para. Vivir como si fuera el último día. Una pelea inevitable en la que mi único argumento es: "te echaré de menos". La impotencia de marchar. Un cigarro que se consume lentamente, pero se consume. El supuesto último. El humo entra pero se va. Se escapa hacia las venas, se queda en los pulmones, huye con un suspiro. Un beso eterno que se quedará en la eternidad de ese minuto y ninguno más. El color de las hojas al empezar el otoño filtrándose en mi mirada y provocando una sonrisa. La despedida. Me voy, pero no me puedo ir todavía. Y la maleta sigue medio vacía. La música de fondo, la guitarra que acompaña más viva que nunca. Y entonces llega el último beso del año. El más largo. El que me acompañará en estos días mientras te pienso.

1 comentario:

Candela dijo...

El último beso del año...